
Evocar el pasado para comprender el presente no es el simple acto de recorrer cronológicamente los principales hitos de lo que ha sido la vida de alguna persona, grupos o la sociedad; más bien el acto de recordar conlleva implícitamente el ejercicio de interrogarse, cuestionarse, plantearse preguntas e interpelar a aquellos momentos destacados, pero también a esos sucesos controversiales y polémicos de la existencia humana. Eso es precisamente el ejercicio que realiza el médico y político Ariel Ulloa Azócar en este texto, que constituye el primer volumen del libro intitulado Testimonios y recuerdos de un socialista del siglo XX. En las más de setecientas páginas, Ulloa hace un recorrido pormenorizado de lo que ha sido su vida, desde sus primeros pasos en la localidad sureña de Lanco hasta el momento del golpe de Estado de 1973, estando en Santiago, la capital chilena.
El relato de Ariel Ulloa no es solamente la narración o recuerdos personales, es también una forma de poder comprender distintas épocas de la historia de Chile y de aquellos espacios de los cuales Ulloa formó parte como sujeto histórico. En otras palabras, el testimonio y recuerdos presentes en este voluminoso libro dan cuenta del devenir de un joven del sur de Chile, que años más tarde ingresaría a estudiar medicina a la Universidad de Concepción, luego se convertiría en presidente de la Federación de Estudiantes de dicha Universidad y quien posteriormente formará parte de una generación que estuvo marcada por los aires de revolución y el horizonte del socialismo como utopía, hasta que un violento golpe militar puso fin a tres años de esperanzas y sueños para miles de chilenos y chilenas.
Las líneas presentes en este libro, escritas con claridad, pulcritud y con un tono amigable y comprensible para cualquier lector, son una forma de adentrarse en la subjetividad misma, no solo de un actor fundamental de los largos años sesenta, como fue Ariel Ulloa Azócar, sino también una forma de poder comprender toda una generación de jóvenes que tenía como gran motivación la idea de construir una mejor sociedad para las y los chilenos.
De ahí, entonces, el valor de este libro, el cual nos permite, entre otras cosas, poder mirar retrospectivamente una parte significativa de lo que ha sido la historia de Chile durante el periodo contemporáneo y reciente. (Danny Gonzalo Monsálvez Araneda).
Ariel Ulloa Azócar. Nacido el 8 de mayo de 1938 en la localidad de Lanco, provincia de Valdivia, de origen campesino. Desarrolló sus estudios primarios y secundarios en el Instituto Salesiano de la ciudad de Valdivia y sus estudios universitarios en la Escuela de Medicina de la Universidad de Concepción. Activo dirigente estudiantil socialista, delegado estudiantil ante la Facultad de Medicina primero y luego ante el Honorable Consejo Superior de la Universidad en el año 1962, siendo elegido Presidente de la Federación de Estudiantes de la UdeC en 1963. Titulado en julio de 1965, ejerce como Médico General de Zona en la Ciudad de Tomé hasta el año 1968. Trasladado a Santiago, ingresa como becado al Servicio de Cirugía del Hospital del Salvador y se forma en la especialidad de Cirugía bajo la tutela del Prof. Dr. Enrique Acevedo Davenport. En enero de 1971, en el Congreso General del Partido Socialista, es elegido miembro de su Comité Central y miembro de su Comisión Política. Ocupa una de las más altas jerarquías de su partido al asumir como secretario nacional de organización. En el ejercicio de sus altos cargos políticos, colabora directamente con el secretario general Carlos Altamirano en la conducción de su partido durante los 1.000 días de la Unidad Popular. Por esta misma razón, efectúa labores de enlace de alto nivel, tanto con el Presidente Allende como con los partidos de la UP. Cumpliendo estas funciones le sorprende el golpe del 11 de septiembre junto a Altamirano y los miembros de la Comisión Política. En esta misma condición participa directamente en los enfrentamientos en INDUMET y La Legua. Perseguido intensamente, parte al exilio junto a su familia en el mes de junio de 1974. Vuelve a ejercer como cirujano en el Hospital Universitario Clínico Quirúrgico de la ciudad de Santa Clara, en Cuba, donde permanece hasta el año 1981. De allí parte a la ciudad de Argel para ejercer como cirujano en la Clínica des Glycines de la capital de Argelia y asume la responsabilidad política de representar al PS ante numerosos partidos y gobiernos de Medio Oriente y Norte de África. Activa su lucha contra la dictadura desde allí. En abril de 1987 la dictadura levanta su larga prohibición de regresar a Chile. De inmediato retorna y se incorpora activamente a la dirección clandestina del partido en la Región de Biobío, actuando como portavoz público. Luego participa como parte del equipo de dirección de la Concertación y como tal actúa intensamente en la preparación del Plebiscito de 1988. Ya en democracia, es reincorporado al Servicio de Salud y ejerce como cirujano en el Hospital de Lota. Elegido concejal por Concepción en 1962 y luego en 1964, asume como Alcalde de la ciudad, cargo que ejerce hasta 2000. El Presidente Ricardo Lagos lo nombra Embajador de Chile en Argelia, cargo que ejerce hasta 2005. Su última función pública fue como concejal de Concepción, acogiéndose luego a la jubilación definitiva.